CHILE: EL COMUNISMO Y LAS REPRESAS





Durante el régimen militar (1973-1990), su líder Augusto Pinochet, y consecuentemente casi todos sus colaboradores, tenía la costumbre de calificar de “comunista” a cualquier opositor al sistema político impuesto por él por la fuerza de las armas. Si esta teoría hubiese sido cierta, nunca antes habrían existido tantos comunistas en nuestro país y la absurda idea se caía por sí sola. En realidad la oposición provenía de un espectro bastante amplio de sectores de la sociedad incluyendo no sólo a los partidos políticos proscritos, sino sensibilidades religiosas, organizaciones sindicales, sociales, culturales, de estudiantes, de profesionales y un largo etc. que justificaban su rechazo en razones muy diversas y no necesariamente congruentes entre sí, ideológica o metodológicamente. Pero para Pinochet no importaba; todos eran comunistas asociándolos con lo peor de la especie humana y estigmatizándolos de una manera injusta y falaz.

Tal vez, la cuestionable legitimidad de un gobierno de facto, o la falta de un sustento ético o moral de una iniciativa o conducta humana cualquiera, expliquen (pero no justifiquen) el viejo hábito de meter a todos los contrarios en un mismo saco y acusarlos de forma ilegítima. Probablemente una de razones para estas maniobras distractivas sea desautorizar cualquier crítica que les afecte, ya sea para mantenerse en el poder o bien para imponer una idea, por lo general de alto impacto a rajatabla. Eso es precisamente lo que hoy sucede con la oposición a la construcción de mega centrales en nuestra región de Aysén. Utilizando todos los medios disponibles, los responsables y partidarios de esta idea siempre han intentado acallar los reparos de los opositores, asociándolos mañosamente en un solo grupo, más encima minoritario. Así como a los comunistas tendenciosamente se les asocia con un pasado muy oscuro, aunque muy alejado de nuestra realidad, muchas veces se les asigna a los opositores a las megacentrales títulos que no necesariamente los representan o identifican; como ecologistas o medioambientalistas, menos aún anarquistas, antiglobalizadores, incluso –otra vez- comunistas. De acuerdo a este discurso se les atribuyen ideales poco nobles e impopulares como aquello de “oponerse al desarrollo” o “ponerle candado, o querer dejar la Patagonia tal como está”. Según esta maliciosa estrategia se les acusa, a todos sin excepción, de andar rayando murallas o dañando la propiedad pública o privada. Incluso, hace un tiempo el Senador Horvath catalogó a algunos ecologistas de izquierdistas pro-aborto y defensores del matrimonio entre homosexuales, sin que jamás haya demostrado tal afirmación. Muchos de estos argumentos, tradicionales y reduccionistas de los “pro-represas”, como los de Pinochet, no buscan responder el mensaje sino desprestigiar al mensajero.

Quizás si una de las acusaciones más recurridas sea la referida al financiamiento de la campaña Patagonia Sin Represas, el cual vendría de parte del Sr. Douglas Tompkins. Seguramente a mucha gente que se opone tampoco le simpatiza este gringo millonario y ecologista profundo, que tiene sus propios intereses, pero eso nada tiene que ver con las convicciones de esta gente. Por lo demás, las organizaciones opositoras no le pagan a la gente para que marche por las calles (como ocurrirá nuevamente el próximo 5 de junio), al contrario de Hidroaysén o Xstrata que derrocha millones en publicidad y lavado de imagen. No existe ninguna duda que la oposición a las represas es un movimiento absolutamente transversal, que admite personas de la izquierda y derecha política, católicos o protestantes, colocolinos o fanáticos de “U”, nacidos y criados, venidos y quedados, pescadores, campesinos u oficinistas. PSR es más que la “coalición ciudadana” o el CDP; es Antukululef de Chile Chico, Defensores del Murta, AGO de pescadores artesanales, jóvenes tehuelches, Senderos de Lago Verde, los Chonkes de Tortel, los Herederos de la Patagonia en Cerro Castillo, los Defensores del espíritu de Cochrane, Mañíos y Baguales de Mañihuales y muchas otras organizaciones en Villa Ortega, Villa O´Higgins, Puerto Aysén, Isla Toto, Puerto Aguirre o La Junta. Vaya y pregúnteles por qué no quieren represas en aysén.


http://www.diarioaysen.cl/columnas.php?id=2217

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Costo del proyecto HidroAysén sube a unos US$ 7.000 millones

El monto supera en cerca de 30% a las estimaciones conocidas este año. En el consorcio eléctrico, conformado por Endesa y Colbún, afirman que el mayor costo no pone en riesgo el proyecto e indican que el nuevo vicepresidente ejecutivo de HidroAysén, Daniel Fernández, deberá preocuparse de que los costos no sigan escalando.

La Tercera El proyecto eléctrico HidroAyén, que se desarrollará en la XI Región, ha experimentado una importante alza de costos. Las cifras más recientes que se manejan en las oficinas del consorcio que integran Endesa (51%) y Colbún (49%), sitúan la inversión en torno a US$ 7.000 millones.

El monto supera en 27% a los US$ 5.500 millones que salieron a la luz pública en la junta de accionistas de Colbún de abril, oportunidad en que la eléctrica reconoció que los costos habían subido. De hecho, los valores que hoy se manejan superan los montos presentados en el estudio de impacto ambiental (EIA) de HidroAysén -agosto de 2008-, que comprendían US$ 3.200 millones para las cinco centrales eléctricas que se instalarán en los ríos Backer y Pascua.

En ese mismo período las eléctricas estimar0n que a esa inversión había que sumar US$ 1.500 millones para la línea de transmisión que traerá la energía a la zona central.

Hoy, en HidroAysén se calcula que se gastarán del orden de US$ 4.000 millones sólo en la construcción de las centrales de 2.750 MW y otros US$ 3.000 millones en la línea de 2.000 kilómetros.

Esta alza de costos fue abordada recientemente en una reunión de directorio de Enersis, reconoce un miembro de la mesa directiva del grupo, quien explica que el esfuerzo estará puesto en que la inversión no siga escalando. Otro ejecutivo ligado a Enersis explica el origen de dicho incremento: "Más que las centrales, es la línea de transmisión la que disparó los costos".

Cuando Transelec terminó en 2009 el estudio respectivo del trazado de la línea, trascendió que ésta implicaría una mayor cuantía del proyecto. El trayecto es más largo que lo originalmente planteado y aumentó la cantidad de predios por los que pasa. También aumentó el tramo submarino, para evitar pasar por la zona de Chaitén y Pumalín, cuya costa es demasiada rocosa para instalar allí la línea.

"El trazado original era casi en línea recta, pero para minimizar el impacto ambiental y social, ahora la transmisión tiene un trayecto más zigzagueante", cuenta un ejecutivo ligado al proyecto.

Ejecutivos vinculados a HidroAysén reconocen que las cifras iniciales reflejaban más los lineamientos generales del proyecto y no recogían en detalle las complejidades propias de una obra de ingeniería de esta naturaleza, las cuales ahora aparecen, cuando el trabajo de terreno es más preciso.

Contener la escalada alcista de los costos será una de las tareas prioritarias del nuevo vicepresidente ejecutivo del proyecto, Daniel Fernández. "El también viene con el objetivo de contener los costos de inversión", afirma un director vinculado al grupo Enersis.

En todo caso, ejecutivos del holding aseguran que el encarecimiento de HidroAysén no pone en riesgo su desarrollo. Explican que a pesar de que puede significar una reducción en los márgenes, el proyecto es rentable, fundamentalmente por dos razones: las centrales tienen un bajo costo de operación al usar el agua y además, su operación se extiende durante todo el año, independiente del comportamiento hidrológico, al estar en una zona de ríos muy caudalosos.

"Como el agua es siempre más barata que el carbón y el petróleo, HidroAysén siempre va a inyectar electricidad al sistema", afirma un director del grupo Endesa.

Nuevos socios

El alza de costos puede abrir la puerta al ingreso de nuevos socios al proyecto, como fondos de inversión, que ayuden al financiamiento. Además, para HidroAysén también es factible retomar los contactos con la suiza Xstrata, que planea desarrollar un complejo eléctrico en Aysén. "La idea es sumarlos a la línea de transmisión, buscar sinergias y repartir los costos", dice un ejecutivo ligado a HidroAysén.

Evaluación ambiental

En los últimos meses el grupo italiano Enel, accionista controlador de Endesa España e indirectamente de Enersis, dio un giro en su estrategia y decidió reimpulsar el proyecto HidroAysén. Esa decisión fue explicitada por el director general y consejero delegado de Enel, Fulvio Conti, en su visita a Chile en mayo y tras reunirse con el Presidente Piñera. En esa cita el ejecutivo ratificó el interés por desarrollar el proyecto y, a su vez, La Moneda entregó una señal a los privados de que la iniciativa será evaluada técnicamente. Una alta autoridad del gobierno dice que "en todo este tiempo no se ha evaluado el proyecto de manera técnica, hubo disparidad de criterios. Se hicieron muchas observaciones, que lo único que generaron fue un desgaste. El gobierno no puede garantizar que el proyecto se aprobará, porque hay una institucionalidad que respetar, el único compromiso asumido es que el rayado de cancha será técnico y objetivo".

Fuente / La Tercera

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