Cómo BP logró minimizar su responsabilidad en desastres petroleros anteriores




El derrame del Golfo de México sigue extendiendo su mancha negra en el océano sin que se halle por el momento forma de ponerle fin. Mientrastanto, Tony Hayward, CEO de BP, ha empezado ya sus visitas a senadores clave de los estados costeros afectados por el derrame. El lobby petrolero calienta motores. Objetivo: limitar al mínimo las multas para compensar a las empresas y a los pescadores perjudicados.
Está claro que BP tratará de aprovechar hasta el último centavo de los 15,9 millones dólares que invirtió el año pasado en lobbying (récord de su historia) en su intento de defenderse de las acusaciones de que la empresa y sus contratistas no cumplieron con las disposiciones de seguridad para la perforación en aguas profundas. Si el pasado sirve de guía, BP tendrá éxito: la manipulación en otros problemas de seguridad ilustra la facilidad con que, con buenos abogados y con la influencia corporativa, una empresa poderosa puede burlar la ley.
BP cuenta con peces bien influyentes en Washington como Leon Panetta (ahora director de la CIA), George Mitchell (enviado de Obama a Oriente Medio), Christine Todd Whitman (el ex administrador de la EPA), y Tom Daschle (antiguo líder de la mayoría), que son, a su vez, miembros de su diversas juntas de asesores y de sus grupos de “expertos independientes”.
Veamos los precedentes: en 2005 se produjo una explosión en una refinería de Texas que se saldó con 15 trabajadores muertos, 180 heridos, y 43.000 evacuados. La que fuera una de las catástrofes más letales de la industria petrolera de EE.UU. en los tiempos modernos acabó en una multa de 50 millones de dólares (cifra ridícula a tenor de las ganancias de 17,2 mil millones dólares en 2007). Los investigadores de la Environment Protection Agency querían seguir con el caso e ir por los más altos funcionarios de la corporación, pero el Departamento de Justicia de delitos ambientales se lo impidió…
Otra: en 2006, la EPA y el Departamento de Justicia iniciaron una investigación criminal por dos fugas masivas de petróleo de BP en Alaska causada por tuberías corroídas. Los testigos declararon que los ejecutivos de BP habían ignorado repetidamente las advertencias sobre la corrosión, porque:
Había una filosofía corporativa por la que era más barato llegar al desastre y, a continuación tratar el problema, en lugar de hacer el mantenimiento preventivo. (Traducción libre)
Después de varias artimañas legales, finalmente, todos los organismos de investigaciones y los fiscales coincidieron en la decisión de aceptar los cargos por delito menor de BP, lo que se tradujo en una multa de 20 millones de dólares.
Otros funcionarios de la EPA intentaron que BP hiciera frente a una sanción más dura aún: la suspensión de todos los contratos con el gobierno de los Estados Unidos. Lástima que BP ha sido uno de los mayores proveedores de combustible para el Pentágono en los últimos años, y que gran parte de su petróleo va a operaciones militares de EE.UU. en Oriente Medio…
¿Qué pasará con este derrame en el Golfo de México? ¿Volverá a librarse BP de asumir sus plenas responsabilidades? Quién sabe si se repetirá la historia. Lo que está claro es que BP se siente más cómodo en los despachos de Washington que en el fondo del Golfo de México. Y que Fidel Castro tiene razón.
Una curiosidad para acabar: BP, que en pasado era conocida como British Petroleum, cambió su nombre en 2000 para proyectar una imagen más respetuosa con el medio ambiente, diciendo que las iniciales significaba “Beyond Petroleum” (Más allá del petróleo).
Vía | www.newsweek.com
Fotografía | PDXcreative

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Derrame de petróleo, prueba del dominio de las transnacionales


En un artículo de opinión publicado por la prensa estatal cubana ayer sábado, Fidel Castro dijo que el derrame de petróleo en el Golfo de México demuestra que los gobiernos más poderosos del mundo no pueden controlar a las grandes empresas, como la petrolera BP, responsable de la catástrofe ambiental, quienes dictarían hoy el destino de los ciudadanos.
En concreto, éstas fueron las palabras del líder de la revolución cubana, de 83 años, que nunca llega a mencionar directamente a la compañía transnacional BP, con sede en Londres:
Este desastre demuestra lo poco que pueden hacer los gobiernos contra los que controlan el capital, que tanto en los Estados Unidos como en Europa, debido a la economía de nuestro planeta globalizado, son los que deciden el destino de la gente. (Traducción libre)
Todavía no está claro si la marea negra resultante del desastre pudiera llegar a las costas de Cuba. De creer a los científicos cubanos que han aparecido en la televisión estatal, la isla no estaría en riesgo inmediato.
En cualquier caso, a nivel personal suscribo las opiniones de Fidel Castro. A mi entender, es cierto que las grandes empresas transnacionales influyen demasiado a menudo en nuestros gobiernos en detrimento del bien general de los ciudadanos. ¿Que no me creen? Entérense de cómo logró burlar la ley BP en desastres petroleros anteriores.

Vía | green.yahoo.com
Fotografía | dbking

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