El escándalo nuclear en España







Edmundo Fayanas Escuer
Rebelión



El 25 de abril de este año se celebra el 25 aniversario del desastre nuclear de Chernobil. Es bueno recordarlo, porque estamos asistiendo a una campaña donde se nos pretende vender las bondades de la energía nuclear. Según los últimos informes de dicho desastre nos hablan de más de 75.000 muertos y otros 75.000 futuros, junto a cientos de miles de enfermedades, como el cáncer de tiroides, hígado y recto, junto a malformaciones congénitas en los recién nacidos.
Siguiendo el informe de Resarch and Develepoment Institute of Power Engineering, los costes de estas catástrofes alcanzan más de 350.000 millones de dólares. Es bueno recordar los fallos gravísimos en Three Mills y la propia Vandellós I que significó su cierre.
El parlamento español acaba de aprobar el alargamiento de la vida de las centrales nucleares españolas por encima de los cuarenta años de vida útil para las que fueron diseñadas. Los partidos que han apoyado esto son el PP, PSOE (un incumplimiento más de su programa), PNV y CIU. Como pueden comprobar, cuando la cuestión es un problema de dinero para los poderosos, todos están de acuerdo y así ganarse el apoyo del lobby nuclear.
¿Qué hay detrás de esta ampliación de la vida de las centrales nucleares?
No es un problema de ideologías como algunos nos lo quieren presentar, es simplemente dinero ¿Cuánto? El alargamiento en veinte años de estas centrales nucleares supone un beneficio a las empresas eléctricas de 25.000 millones de euros. Como verán no es una minucia y encima nuevamente estos dineros salen de nuestros bolsillos.
¿Cómo es posible este beneficio? Muy sencillos, son centrales ya totalmente amortizadas, con lo que el beneficio de las empresas es simplemente escandaloso. Sirva como ejemplo que Alemania también rompió su moratoria nuclear y alargó la vida útil de sus centrales nucleares. Pero al mismo tiempo, les impuso un impuesto sobre esos beneficios, que rondan los 3.000 millones de euros anuales. Si este mismo impuesto se hiciera en España supondría una recaudación anual de 800 millones de euros.
¿Qué busca el lobby nuclear español?
Como es lógico, que siga la energía nuclear, pues su rentabilidad para las empresas es evidente, todo lo contrario que para los consumidores. Dos eran las alternativas que tenía el lobby nuclear español: la construcción de nuevas centrales nucleares y el alargamiento de la vida útil de las centrales viejas.
Este lobby nuclear nunca ha planteado la construcción de nuevas centrales nucleares ¿Por qué? Fundamentalmente por tres motivos:
- El coste de una central nuclear de tipo medio ronda los 5.000 millones de euros y en momentos de crisis como el actual, es prácticamente imposible conseguirlos.
- Su construcción oscila entre los seis y ocho años, siendo un periodo muy largo donde se les presenta muchos gastos u ningún beneficio.
- La oposición de las gentes a la energía nuclear, lo estamos comprobando en la dificultad de encontrar una localización para el Almacén de residuos nucleares.
En todos estos años lo que realmente querían conseguir, era el alargamiento de la vida útil de las centrales, pues evitan todos los inconvenientes de la construcción de una central nuclear y como vemos les reporta unos beneficios de 25.000 millones de euros por los 20 años de alargamiento, que es lo que se decidirá, y si encima no se les impone ningún impuesto, el negocio es redondo. Seguro que lo estarán celebrando con champaña.
¿Qué consecuencias tiene esto para nosotros?
1º Aumenta muchísimo el riesgo de desastre nuclear.
2º El problema de los residuos nucleares no está resuelto y su contaminación es por años.
3º Seguimos dependiendo del exterior pro dos motivos: no tenemos uranio y la tecnología nuclear es también de fuera.
Hablando de la seguridad, sirva como ejemplo, Garoña, conocida como “la central de las mil y una grietas”, aquejada de graves problemas de agrietamiento por corrosión, que afecta a varios componentes del reactor y del resto del circuito primario.
En Francia, los inspectores nucleares admitieron, en diciembre de 2005, que 34 de las 58 centrales del país, padecen defectos en las bombas de refrigeración que se supone deben activarse en caso de accidente. Recientes informes dicen que no se han subsanado estos, sino que han aumentado los problemas de seguridad. Esto mismo es válido para las centrales nucleares españolas.
Siempre nos hablan de los organismos reguladores como señal de seguridad. La IAEA es un organismo de la ONU, cuya misión es prevenir la expansión de las armas nucleares y promocionar la utilización pacífica de la energía atómica, dos objetivos contradictorios entre sí. La realidad es que ha venido sirviendo a los intereses industriales y ha obviado la seguridad de la población.
En España tenemos el Consejo de Seguridad Nuclear (formada por 5 personas, dos nombrados por el PSOE, dos por el PP y una por CIU), organismo que siempre ha defendido a las empresas eléctricas antes que servir los intereses de la sociedad española. Sirva como ejemplo, Vandellós II (Tarragona), que autorizó, en julio de 2005, su funcionamiento, cuando sabían que la reparación estaba mal hecha, pudiendo provocar una catástrofe, pero la empresa no podía seguir perdiendo dinero.
Otro argumento es la de la independencia energética, lo cual resulta falso, porque debemos comprar el uranio en el exterior y en muchos casos los países poseedores de él (Níger, Zaire…) son tan inestables como los del petróleo. Además es un mineral escaso, calculándose que para mediados de este siglo ya no habrá. Para la construcción de estas centrales debemos comprar la tecnología a los norteamericanos, franceses, rusos….. ¿Dónde esta nuestra independencia energética?
El último problema es que hacer con los residuos nucleares. Tenemos actualmente unas 4.500 Tm de residuos qué están contaminando por miles de años. Se conservan de momento en las propias centrales en muy malas condiciones y con muchos riesgos. No se sabe qué hacer con ellas.
Como comprobarán estamos asistiendo a un encarecimiento espectacular de la energía en nuestros recibos. Todas las decisiones que se han tomado los últimos años van encaminadas a favorecer a las empresas eléctricas y a perjudicar a los consumidores. Veamos
- El pago del llamado déficit tarifario, unos 20.000 millones de euros es una invención de las empresas con el consentimiento del gobierno y que lo pagará el Estado (es decir nosotros con nuestros impuestos).
- El precio del KW está diseñado de tal forma que se paga toda la energía por la más cara de producir, no buscando el precio real de la energía sino favorecer a las empresas.
- El alargamiento de la vida útil de las centrales nucleares, les reportará un beneficio de 25.000 millones de euros, que salen de nuestros bolsillos.
- Se les permite el uso de un bien público como es el agua y la presas, para su beneficio privado. Deberían de pagar un mínimo de 800 millones anuales pro su uso y no lo hacen.
Como ven, aquí no hay ideología que valga, todos los partidos desde el PSOE a la derecha están al servicio de las empresas eléctricas privadas y en contra de la sociedad ¿Qué podemos hacer? Está claro, no votemos a quienes están apoyando estas medidas, PP/PSOE/PNV/CIU.

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