El deshielo del Ártico devuelve a la atmósfera los contaminantes de nuestros abuelos



El calentamiento global acelera la cuenta atrás de un par de bombas de relojería medioambientales que esconde el hielo del Ártico. Si ya hablamos del peligroso gas metano que sale a la atmósfera con el deshielo, ahora los científicos también alertan de la presencia de contaminantes orgánicos persitentes (COP), una de las sustancias más nocivas creadas por el ser humano.
El acelerado derretimiento de los polos y los COP son malísima combinación para la salud del planeta y, por supuesto, para las criaturas que lo habitan, incluidos nosotros. ¿Pero, cómo han llegado hasta allí, cómo han acabado atrapados dentro del hielo? La respuesta hay que buscarla en la capacidad de extensión y larga vida de estos compuestos, que persisten en el ambiente, permaneciendo intactos años y años. Alcanzan zonas donde nunca fueron usadas, llegando incluso hasta el Ártico.
De este modo, plaguicidas y demás contaminantes orgánicos persistentes fueron, y siguen siendo capturados por el suelo, el hielo y la nieve, donde se acumulan ingentes cantidades de estas sustancias tóxicas por las bajas temperaturas. Un proceso que el aumento de las temperaturas invertirá, devolviéndolas a la atmósfera a través del deshielo.
Estas son las conclusiones de un estudio divulgado el domingo por la Agencia de Medio Ambiente de Canadá, que alerta del peligro que esta evaporación puede llegar a suponer. Sobre todo, su retorno a la atmósfera supondría una polución medioambiental de COP que habíamos reducido en las últimas décadas gracias, precisamente, a esta absorción.
La investigación ha encontrado que la liberación ya ha comenzado. El análisis de la atmósfera desde 1993 hasta 2009 en dos estaciones en el archipiélago noruego de Svalbard y en el norte de Canadá ha detectado una mayor presencia de COP, y los datos se disparan cuando comparar estos resultados con las predicciones que arrojan modelos de computadora que simula los efectos del calentamiento global. “Esto confirma “que el calentamiento del Ártico podría obstaculizar los esfuerzos para reducir la exposición a químicos tóxicos”, concluyen el equipo científico.
Vía | www.20minutes.fr
Fotografía | Juan Vidal

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