Rechazo a la iniciativa de WWF: Proyecto de Plantaciones de Nueva Generación






La Red Latinoamericana contra los Monocultivos de Árboles (RECOMA) y demás organizaciones y activistas abajo firmantes rechazan y llaman a rechazar la iniciativa liderada por la WWF, conocida como “Proyecto de Plantaciones de Nueva Generación” (NGPP por su sigla en inglés). Denunciamos este tipo de maniobras como una forma de prestarse a los intereses mercantiles de empresas que no dudan en violentar los derechos de las comunidades donde imponen sus monocultivos de árboles al tiempo que hacemos un llamado público a todos los movimientos y organizaciones sociales a rechazar este proyecto de la WWF.
En el Día Internacional de Lucha contra los Monocultivos de Árboles, la Red Latinoamericana contra los Monocultivos de Árboles (RECOMA) y demás organizaciones y activistas abajo firmantes rechazan y llaman a rechazar la iniciativa liderada por la WWF [1], conocida como “Proyecto de Plantaciones de Nueva Generación” (NGPP por su sigla en inglés [2])
De acuerdo a la información disponible en su página web, la WWF plantea que “no se puede prescindir del comercio actual de las commodities[3] y los servicios que brindan las plantaciones de árboles”, y aún más, plantea la necesidad de mejorar el modelo forestal actual para mantener dicho flujo, conservar los ecosistemas prístinos y respetar los derechos de las comunidades. Y para lograrlo considera que basta con mejorar el manejo de las plantaciones.
Sin embargo, es el comercio actual de commodities y, puesto de forma más amplia, el modelo de producción y consumo actual, el que está en la raíz de los problemas que la humanidad sufre actualmente. Y en ningún momento la WWF hace una crítica a este modelo o se plantea cambiarlo. Quiere creer o hacer creer que por acto de magia se resolverán las contradicciones intrínsecas de la forestación industrial: concentración de la tierra, desalojo de comunidades locales y exclusión de otras formas productivas, agotamiento del agua y el suelo.
Los perjuicios sociales y ambientales de las plantaciones -en relación inversamente proporcional al lucro de las corporaciones- están directamente relacionados con el "modelo florestal" de escala industrial y en régimen de monocultivo, al cual WWF se refiere. Por eso, las grandes corporaciones forestales siempre han usado todas las estrategias posibles para maquillar de verde sus actividades. Y la WWF les viene como anillo al dedo para tal fin. La única preocupación de esta organización, parece ser mantener y ampliar los mercados actuales de las plantaciones.
Además de eso, una gran parte del NGPP está orientado a abrir las puertas al mercado del carbono y la energía para las plantaciones forestales, permitiendo así que aún mas tierras fértiles de las que millones de personas en América Latina dependen para su supervivencia sean ocupadas por grandes corporaciones.
La iniciativa NGPP involucra a un grupo de corporaciones del sector forestal (CMPC – Forestal Mininco, Masisa, Fibria, Masisa, Mondi, Portucel, Sabah Forest Industries, Stora Enso , Veracel, UPM-Kymmene) así como a la Administración Forestal del Estado de China, a la Comisión Forestal del Reino Unido y a la Iniciativa Forestal de Suecia.
En el sitio web de la Iniciativa se muestra una serie de ejemplos de plantaciones industriales en todo el mundo, que han ayudado a “conservar la biodiversidad”. De los nueve casos resaltados, cinco corresponden a plantaciones de árboles en América Latina que pertenecen a las empresas UPM (caso de estudio en Uruguay), Veracel/Stora Enso y Fibria (dos casos en Brasil), Masisa (Argentina) y CMPC / Forestal Mininco (caso en Chile). Todas y cada una de estas empresas acumulan en sus prontuarios denuncias por parte de las comunidades locales, que por supuesto WWF ha optado por ignorar.
Las denuncias van desde la violación de los derechos de las comunidades indígenas y tradicionales a sus territorios, ocupación ilegal de territorios, destrucción de valiosos ecosistemas y fuentes de agua, sustitución de tierras para la producción de alimentos por plantaciones, entre otras.
Desde RECOMA y demás organizaciones y activistas abajo firmantes denunciamos este tipo de maniobras como una forma de prestarse a los intereses mercantiles de empresas que no dudan en violentar los derechos de las comunidades donde imponen sus monocultivos de árboles. al tiempo que hacemos un llamado público a todos los movimientos y organizaciones sociales a rechazar este proyecto de la WWF.
Lanzamos este comunicado como parte de las acciones del Día Internacional de Lucha contra los monocultivos de Árboles, al tiempo que recordamos a Ricardo Carrere quien durante su vida y trabajo en el WRM y RECOMA, ayudó a impulsar la lucha contra las plantaciones de árboles y sus impactos negativos reivindicando los derechos de las comunidades locales y los Pueblos Indígenas sobre sus territorios. 
Organizaciones integrantes de la Red Latinoamericana contra los Monocultivos de Arboles:
* Federación Argentina Amigos de la Tierra
* Foro Boliviano sobre Medio Ambiente y Desarrollo - FOBOMADE
* Red Alerta contra el Desierto Verde (Brasil)
* Federação de Orgãos para Assistência Social e Educacional - Espírito (Brasil)
* Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales - OLCA (Chile)
* Centro Nacional Salud Ambiente y Trabajo - CENSAT Agua Viva (Colombia) Comunidades Ecológicas la Ceiba - COECOCEIBA (Costa Rica)
* Acción Ecológica (Ecuador)
* Centro Salvadoreño de Tecnología Apropiada - CESTA (El Salvador)
* Savia, Escuela de Pensamiento Ecologista (Guatemala)
* Madre Tierra (Honduras)
* Otros Mundos/Amigos de la Tierra de México (México)
* Facilitacion para America Latina Iniciativa contra los Agronegocios (Nicaragua )
* Sobrevivencia (Paraguay)
* Programa de Defensa de Derechos Indígenas (Perú)
* Red de Ecología Social - REDES – Amigos de la Tierra (Uruguay)
* Amigos en Defensa de la Gran Sabana - AMIGRANSA (Venezuela)
Referencias:
[1] Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por su sigla en inglés)
[2] vea la págna web del proyecto en: http://newgenerationplantations.com
[3] término anglosajón utilizado para definir aquellas mercancías transables a granel en los mercados financieros internacionales
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Día Internacional de lucha contra las plantaciones
de monocultivos de árboles
 21 de septiembre

El 2011 ha sido declarado por la ONU como el Año Internacional de los Bosques. Como lema de la difusión se subraya la frase: “Los bosques para la gente”, pero cabe preguntarse al menos por un momento: ¿a qué gente se refieren?

En todas partes del mundo, millones de hectáreas de tierra productiva están siendo rápidamente convertidas en desiertos verdes presentados bajo el disfraz de “bosques”. Las comunidades locales son desplazadas para dar lugar a interminables filas de árboles idénticos – eucalipto, pino, palma aceitera, caucho, jatrofa y otras especies – que desplazan de la zona a casi toda otra forma de vida, destruyendo los ecosistemas junto a la red de relaciones de todos los seres vivos que los habitan, ocasionando la pérdida de miles de especies.

La tierra cultivable, crucial para la soberanía alimentaria de las comunidades locales y de los pueblos en general, es convertida en monocultivos de árboles que producen materias primas para exportación. Los recursos hídricos son contaminados por los pesticidas y agotados por las plantaciones, al tiempo que los suelos se degradan, multiplicándose plagas y enfermedades innumerables. Las violaciones a los derechos humanos son moneda corriente, y van desde la pérdida de los medios de vida y el desplazamiento hasta la represión e incluso casos de tortura y muerte. Si bien las comunidades sufren en su conjunto, las plantaciones, tienen impactos diferenciados de género, siendo las mujeres las más afectadas. Esta forma de mercantilización de la naturaleza empobrece el medioambiente y a los pueblos para enriquecerse solo unos pocos.

En respuesta a la publicidad adversa sobre los impactos de las plantaciones de árboles, las empresas han recurrido al uso de “Certificados de Reducción de Emisiones”, a partir de la inversión en plantaciones como Sumideros de Carbono bajo Mecanismos de Desarrollo Limpio, los cuales les proporcionan credenciales “ecológicas” falsas, “maquillajes verdes” que les permiten seguir con sus negocios y seguir emitiendo Co2 a la atmósfera acentuando el efecto invernadero en el planeta,  pero ocultos bajo una máscara aceptable. La manera en que operan las petroleras son el ejemplo más claro con su “Responsabilidad Social Empresarial”.

El problema se ha agravado aún más con la llegada de nuevos actores del sector empresarial que apuntan a obtener beneficios del cambio climático, promoviendo falsas soluciones a través del establecimiento de las llamadas plantaciones para “sumideros de carbono” y la promoción de los agrocombustibles.

Como señala el WRM –Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales-, es la FAO –Organización para la Agricultura y la Alimentación- quien define “bosque” como “tierras que se extienden por más de 0,5 hectáreas dotadas de árboles de una altura superior a 5 m y una cubierta de dosel superior al 10 por ciento, o de árboles capaces de alcanzar esta altura in situ” (www.fao.org/docrep/013/i1757s/i1757s13.pdf). Y es esta definición la que ha permitido llamar “bosques” a monocultivos industriales de árboles que se expanden a expensas de la destrucción de otros ecosistemas, avanzando a través de la deforestación y sobre tierras destinadas a la agricultura.

De esta forma, la actual definición de la FAO legitima los impactos sociales, económicos, ambientales y culturales a nivel local y global que se producen con el avance del modelo del agroindustrial.

Otras organizaciones e iniciativas de la ONU, como la Convención Marco sobre el Cambio Climático, y  numerosos gobiernos nacionales, aplican esta definición en sus negociaciones, programas y políticas. Más aún, muchos análisis y acciones se implementan a partir de esta definición. Específicamente, el enfoque REDD– Reducción de Emisiones a causa de la Deforestación y Degradación de los bosques- está implícitamente basado en la premisa de que los mercados –y no los gobiernos- son quienes deciden sobre el futuro de los bosques.

Equiparar a los bosques con los monocultivos industriales –o ejércitos verdes, como los llama el escritor y poeta Eduardo Galeano-, no es un descuido del lenguaje ni falta de conocimiento histórico-político de los procesos mundiales de desarrollo. Es una acción que pretende naturalizar un modelo opresivo, dominante y extractivista como “parte del paisaje”.

El verdadero significado del bosque es biodiversidad, sustento de formas y medios de vida, riqueza de colores, texturas, aromas y sonidos, variedad de emociones y de relaciones.

El mercado mundial nos propone un único cultivo, el mono-cultivo, una única cultura, un único modo de pensar y actuar, un único modo de relacionarnos entre pares y con el ambiente que habitamos. Sin embargo, el bosque ES PARA Y POR  la gente, y eso es parte de la sabiduría ancestral que los pueblos originarios protegen y transmiten.

Proponemos que en este 21 de septiembre, fecha emblemática en defensa de los ambientes nativos, los que decidan el futuro de los bosques sean los pueblos soberanos, en armonía con la Madre Tierra, y no los intereses económicos que benefician a los mismos de siempre.

Unión de asambleas Ciudadanas

Comisión Prensa y Comunicación
UAC Unión de Asambleas Ciudadanas

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