La fiebre de las arenas bituminosas de Canadá



Dan Woynillowicz, investigador del no gubernamental Instituto Pembina, en Calgary, Alberta, nos relata en este post el insaciable apetito petrolero de algunos paises para extraer petroleo no convencional de las arenas bituminosas o alquitranadas de los bosques boreales de Canadá, causando unos daños ambientales de dimensiones escalofriantes.

"El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente ha identificado a las arenas alquitranadas de Alberta como uno de los 100 temas clave “candentes” de la degradación medioambiental a nivel global. Según Canadá Medio Ambiente (el equivalente canadiense de la Agencia estadounidense de Protección Ambiental), el desarrollo de las arenas alquitranadas presenta “retos enormes para la conservación y regeneración de los bosques”.
La amplia mayoría de las arenas alquitranadas canadienses se encuentran en la provincia de Alberta, la más prolífica productora de combustibles fósiles del país. Los depósitos de arenas alquitranadas subyacen bajo más de 140.000 kilómetros cuadrados de bosque boreal relativamente virgen, una extensión más grande que el estado de Florida.Las arenas de alquitrán son una mezcla de un 85% de arena, arcilla y cieno, y un 10% de betún de petróleo, que es una sustancia parecida al alquitrán, que puede ser convertida en petróleo. La mayor parte de la producción de arenas de alquitrán se lleva a cabo en enormes minas a cielo abierto, algunas de las cuales llegan a tener 150 kilómetros cuadrados y una profundidad de 90 metros. Antes de que la explotación a cielo abierto pueda comenzar, el bosque boreal ha de ser talado, los ríos y las corrientes desviadas y los pantanos desecados.
Las consecuencias medioambientales de la producción de petróleo procedente de las arenas alquitranadas son importantes, comenzando por su efecto sobre el cambio climático. Para producir tan solo tres barriles de petróleo provenientes de las arenas alquitranadas, se necesita la energía equivalente a un barril de petróleo.
En ninguna parte del mundo existe una forma de extracción y procesamiento del petróleo que tenga unos impactos con una intensidad parecida sobre los bosques y la fauna, los recursos de agua dulce y sobre la calidad del aire.
Bosques.
Las arenas alquitranadas se encuentran bajo el bosque boreal, un complejo ecosistema que reúne un mosaico único de bosques, humedales y lagos. El bosque boreal de Canadá es, globalmente, muy importante, pues representa una cuarta parte de los bosques que permanecen intactos a nivel mundial. Además de los servicios ambientales que aporta, en tanto que ecosistema (limpieza del agua, producción de oxígeno y almacenamiento de carbono), alberga una amplia variedad de fauna, que incluye osos, lobos, linces y algunas de las poblaciones más grandes que quedan en el mundo de caribú de bosque. Sus lagos y humedales aportan un hábitat vital para el 30% de los paseriformes de Norteamérica y el 40% de sus aves acuáticas.
Sí el desarrollo actual de los proyectos con arenas alquitranadas se lleva a cabo, tal y como se ha planeado, podrían desaparecer, aproximadamente, unos 3.000 kilómetros cuadrados de bosque boreal, que serán desecados y explotados a cielo abierto para acceder a los depósitos de arenas alquitranadas cercanos a la superficie. Los restantes 137.000 kilómetros cuadrados podrían quedar fragmentados en una tela de araña de líneas sísmicas, carreteras, oleoductos y macollas de pozos procedentes de los proyectos de perforación in situ. Hay estudios que sugieren que esta escala de desarrollo industrial podría llevar al ecosistema boreal a su punto de no retorno ecológico, conduciendo a un daño ecológico irreversible y a la perdida de biodiversidad.
Aguas.
Las operaciones de minería de las arenas alquitranadas sacan de 2 a 4,5 barriles de agua dulce del río Athabasca por cada barril de petróleo producido. A las actuales explotaciones se les permite extraer más de 349 millones de metros cúbicos anuales de agua, un volumen que equivale a la cantidad que requiere una ciudad de 2 millones de habitantes. Pero al contrario que las aguas residuales de las ciudades, que son tratadas y soltadas de nuevo en el río, las aguas residuales de la minería de arenas alquitranadas están tan contaminadas que deben ser embalsadas.
Aire.
La contaminación atmosférica por las arenas alquitranadas, tanto provincial como transfronteriza, está aumentando rápidamente. Desde el año 2003, Alberta se ha convertido en la capital de la contaminación atmosférica industrial de Canadá".

“La fiebre de las arenas alquitranadas”, Dan Woynillowicz, analista político del Instituto Pembina, situado en Calgary, Alberta. WORLD•WATCH-

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