La guerra



Por: ARTURO GONZÁLEZ

Por motivos territoriales o religiosos o económicos, a lo largo de la historia de la Humanidad ha habido más de 7.000 guerras. Más o menos equilibradas, más o menos crueles, con más o menos ‘disculpas’, ‘razones’ y ‘justificaciones’. Así, para oprobio universal, la guerra ha sido y es el hilo conductor de la historia de la Humanidad.
Resulta lamentable y descorazonador para la bondad humana que la existencia desde hace 67 años de la Organización de Naciones Unidas, ONU, haya sido ineficaz para detener el afán guerrero del ser humano. El número de guerras desde su creación no solo no ha disminuido sino que ha aumentado por su diversificación.
Ayer, la Comisión independiente sobre Derechos Humanos de la ONU denunció a los dos bandos en la actual guerra de Siria de crímenes contra la humanidad, aunque, según la ONU, los cometidos por los rebeldes no son tan graves como los de las fuerzas al servicio del Gobierno.
Pero lo en verdad lamentable y escandaloso es que en la ONU o Naciones Unidas mandan y deciden únicamente los cinco países de su Consejo de Seguridad permanente: EEUU, China, Rusia, Francia y Reino Unido, como pervivencia del resultado de la última guerra mundial. Cada uno de estos países tiene derecho de veto sobre cualquier decisión de la Asamblea General de la ONU.
Y todavía más lacerante y penoso resulta saber ya que China y Rusia vetarán hoy cualquier medida en contra del régimen gubernamental de Siria por motivos de estrategia.
De modo que esta guerra en la que diariamente se cometen asesinatos, torturas, violencia sexual, saqueos y bombardeos con cientos de muertos civiles continuarán sin que el mundo ‘civilizado’ haga nada por detenerla, y ello con las conciencias tranquilas o en defensa de postulados ideológicos o abstencionistas. Solo sintiendo una pena genérica. Lo mismo que en otras guerras los intereses eran los contrarios y EEUU vetaba acuerdos de paz efectiva. La ONU es el gran fracaso de la Humanidad, de lo colectivo, de lo global, el gran éxito de los egoísmos más ruines.
La guerra se ha convertido en el gran videojuego de los mayores, en la sinrazón máxima, en el perenne jinete del Apocalipsis. La guerra es la herencia inevitable entre los países y los ciudadanos del mundo, que los hace poderosos. EEUU mata con detalle en Afganistán desde New Jersey con aviones no tripulados con mando lejanísimo; semanalmente Obama y su equipo deciden a quién hay que matar a distancia desde sus oficinas militares en los Estados Unidos, sin necesidad de acudir al lugar de la guerra.
También resulta terrible el escaso por no decir nulo interés que nos causa. A pequeña escala, la acogida a este artículo lo confirmará. Solo nos preocupa lo nuestro o en todo caso lo cercano geográficamente. En cuanto no nos concierne directamente, pasamos de ello. Las cotas de inhumanidad baten récords. La guerra es el veneno letal que llevamos dentro, sin que el pacifismo sea vacuna. Horror de guerra de Siria y de todas las guerras.
Fuente: publico.es  -  Imagenes: 14deabril.wordpress.com - blog.pucp.edu.pe

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