Argentina: Inundados, indignados: No más represas, no más deforestación en nuestros territorios


Alicia Rivas Zelaya (ACTA)

El calentamiento global, el efecto del fenómeno del Niño, las intensas lluvias que esto genera, la deforestación que no cesa en el sur de Brasil reemplazando monte por sojas y en el norte de Misiones selva paranaense por pinos y eucaliptos.
La desidia de los gobiernos regionales que reconocen que no han podido articular acciones para dar alertas tempranas antes de que las represas comiencen a liberar caudales inundando todo lo que queda río abajo. El saldo: miles, millones de habitantes de toda la región NEA, sur de Brasil, Paraguay bajo agua. Un drama que nos pone en alerta a todos. Nadie puede decir que los misioneros no vienen advirtiendo que el avance de la deforestación y reforestación con monocultivo de soja en el sur de Brasil, pinos y eucaliptos comiéndose la selva misionera sumada a los centenares de mega represas en la región volverán imposible la vida sobre estos territorios.
Que no solo agravan el cambio climático, son responsables de un porcentaje importante de los gases de efecto invernadero que la producen.
En estas tierras se viene gritando que la propia organización mundial de la Salud desaconseja la construcción de Megarepresas en zonas subtropicales, se vienen enumerando las enfermedades con las que convivimos y vamos a convivir de continuar este modelo de generación energética.
Se viene denunciando la corrupción que es parte constitutiva de estas mega obras. Si alguien se anima a dudar, ahí está la Entidad Hidroeléctrica Yacyretá que hasta para (el mega corrupto) ex presidente Carlos Menem le pareció mucho y la calificó como monumento a la corrupción. Las intensas lluvias no son las únicas responsables de inundaciones que arrasan el NEA.
“Siempre hubo inundaciones, crecidas de ríos, lluvias copiosas, así me dicen y será cierto. Pero debemos saber que parte del agua que fluye tendría que quedarse en el subsuelo de Brasil, Argentina, Paraguay, en el Acuífero. Pero ya no existe la vía de recarga de napas y ríos subterráneos, el suelo esponjoso del monte lo llevó la inconsciente topadora, manejada por inconscientes humanos y lo reemplazó por soja en Brasil y Paraguay y por pinos-eucaliptos en Misiones. El agua de lluvia se escurre y se lleva la tierra fértil, el humus”, Juan Yadhian médico, ambientalista integrante del Movimiento Social de Misiones y de la Mesa por el No a las Represas es quien contextualiza una situación que viene padeciendo la región desde hace más de 2 meses.
Al cierre de esta nota las zonas más afectadas en nuestro país por las crecidas de los Ríos Uruguay, Pilcomayo y Paraguay son las localidades de El Soberbio, Colonia Aurora, Alba Posse, 25 de Mayo, Panambí, Santa María, Azara y San Javier, en la provincia de Misiones. En tanto en Formosa el drama se vive con toda crudeza en Clorinda, Puerto Pilcomayo y la capital. En Misiones se habla de cerca de 7 mil damnificados. En Formosa superan los 30 mil.
En la provincia de las Cataratas la situación se vio agravada porque varias de las represas instaladas del lado de Brasil debieron abrir compuertas, liberando caudales incontrolables de agua, lo que elevó en tiempo record el caudal de los ríos. Lo que ocurrió con el Río Iguazú se repitió un par de semanas después con el Río Uruguay, solo que esta vez la zona afectada está densamente poblada. La afectación en la costa del Uruguay es dramática, miles de familias perdieron todo, vieron sus casas arrasadas por las aguas, sus pequeñas producciones, “el agua llegó a zonas que nunca pensamos que se inundarían” reconocieron funcionarios provinciales.
Casas, comercios, edificios públicos, emprendimiento turísticos, chacras, todo bajo el agua. La asistencia a los damnificados se complica por los puentes inhabilitados y la continuidad de las lluvias imposibilitan la llega por aire a las zonas aisladas.
El jueves 26 de junio la represa Foz de Chapecó, ubicada a poco más de 100 kilómetros de la frontera con Argentina, liberó las compuertas para evitar así la rotura de la presa. Esto generó una crecida del río en el momento más crítico de unos 20 centímetros por hora. La ciudad de El Soberbio se vio bajo agua en menos de un día. “El Soberbio es la ciudad más afectada. En la Capital de la Esencia hay 2.000 personas evacuadas y 350 casas inundadas, de las cuales a 50 se las llevó del río. En toda la provincia hay más de 800 viviendas afectadas y 120 ya no existen”, se podía leer en la edición de domingo del diario El Territorio.
A esta situación se sumó la rotura de la represa Ponte Serrada, en el sur de Brasil. “Esto provocó inundaciones en la ciudad de Arvoredo, donde hubo decenas de familias evacuadas. La presa está sobre el río Irani que es uno de los afluentes del Uruguay. De lo que no se habla es del desastre ecológico que representa la deforestación casi completa de la cuenca y de las megarrepresas. La cuenca no puede retener el agua, tal como lo hacía naturalmente cuando existía la selva, y por eso baja rauda, siendo imposible que las represas la puedan retener", advierte Federico Soria, técnico en Conservación de la Naturaleza e integrante de la Unión de Asambleas Ciudadanas, difundido por la prensa de ATE, gremio que se sumó a las diversas organizaciones que están recolectando ayuda para los damnificados.
El sábado 28 de junio la Entidad Binacional Yacyretá emitió también un alerta, lo que complica la situación de los pobladores de varias ciudades correntinas ubicadas en la costa del Río Paraná, principalmente Ituzaingo.
“Las represas grandes son un perjuicio para el ambiente porque inundan ecosistemas valiosos, alteran dramáticamente el flujo natural del agua, desestabilizan el hábitat de la vida silvestre y obstruyen las trayectorias de diversas especies, por mencionar sólo algunos de los impactos". Además: “Hoy hay más que suficiente evidencia que demuestra que las grandes represas son la fuente mayor de contaminantes que agravan el cambio climático”, según Patrick McCully, director ejecutivo de la Red Internacional de los Ríos-IRN”, vienen advirtiendo desde la Mesa Provincial por el No a las Represas.
El gobernador de Misiones, Maurice Closs recorrió el fin de semana las localidades afectadas y reconoció como zona de desastre a varias de ellas y declaró la emergencia económica.
“Misioneros, es muy grave la situación por la que están pasando nuestros hermanos que viven en la Costa del Río Uruguay. Miles y miles de familias han tenido que abandonar sus casas. Muchas lo han perdido todo. El Río ha superado niveles de la crecida del ’83”, reconoció el mandatario a través de su cuenta de twitter.
Meses en situación de amenaza
Primero fue la histórica crecida del Rio Iguazú, a principios de Junio, con su afectación sobre el Parque Nacional Iguazú, y las cataratas que de manera intempestiva multiplicaron su caudal de agua y se tiñeron de un rojo alarmante. “La tierra sangra”, nos dijeron con toda crudeza desde el propio Parque Nacional, y agregaron que de ninguna manera es un fenómeno natural, “acá hay acción del hombre”. “Así es como vemos el color subido rojo-marrón del arroyo, del río y se lleva el presente y el futuro de todos nosotros, la tierra fértil se va y no volverá. Lo natural para nuestra Región es el MONTE y destruirlo no será gratuito”, agregó Yadhijan.
Después fue el Paraná que también empezó a crecer. La tan polémica represa de Yacyretá debió liberar las compuertas llenando de incertidumbre una vez más a los pobladores ubicados represa abajo, decenas de familias la Isla de Apipé en la localidad correntina de Ituzaingo debieron abandonar sus casas, sus chacras para ponerse a resguardo. Esta vez por suerte, dirán los pobladores de esa localidad de la Entidad, no “se olvidaron” de avisar y tuvieron más tiempo para la evacuación.
Siguió casi inmediatamente el desborde de los arroyos, el agua cubrió puentes aislando a varias poblaciones de la zona norte de Misiones. Unas 50 mil personas de las localidades de Montecarlo, Caraguatay, Puerto Piray, permanecieron aislados por varios días. La ruta nacional 12 que conecta la capital de Misiones con la ciudad de las Cataratas se vio cortada por la inhabilitación de 3 puentes.
Ahora es el Uruguay pero volverá según advierten a crecer esta semana el Río Parana por lo que el panorama para nuestra región es desolador.
Solidaridades
A medida que comenzó a dimensionarse la magnitud del desastre en las zonas inundadas, se activaron en la provincia decenas de centros para recolectar ayuda que serán destinadas a las familias que perdieron sus casas, sus pertenecías, sus unidades productivas, sus pequeñas chacras, sus animales. Los intendentes de la región reconocieron que las pérdidas son millonarias y que recién podrá evaluarse una vez que el agua se retire de las poblaciones.
Alimentos, elementos de limpieza, frazadas, ropa, agua potable, colchones, son parte de las donaciones que se recibe. “Lo que estamos pidiendo además es que el país entienda que nuestra lucha por frenar las represas en nuestra región no son un capricho, tenemos muestras claras de las consecuencias, esta es una. Necesitamos que el país se solidarice diciendo NO MAS REPRESAS EN LAS ZONAS SUBTROPICALES DE NUESTROS PAICES”, remarcaron desde la Mesa Provincial Por el No a las Represas.


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