Panamá: El Mar engullirá la isla Gartí Sugdup en breve


Para unos mil indígenas de Panamá de la etnia Guna Yala que residen en Gartí Sugdup, una de las trescientas sesenta islas de un archipiélago situado en el noreste del litoral de Panamá sobre el mar Caribe, el cambio climático ya no es una teoría científica de una amenaza a largo plazo.
Debido al continuo aumento del nivel del mar, los habitantes de lo que es una de las más grandes y densamente pobladas islas de la región, han comenzado una lenta, triste y continua evacuación hacia tierra firme, donde los indígenas disponen de 300.000 hectáreas de bosques bajo su administración autonómica.
El riesgo inmediato pende sobre Gartí Sugdup, aunque la obligación de emigrar podría extenderse a los otros 29.000 miembros de una tribu que hace más de 150 años emigró desde los bosques de suelo continental panameño al archipiélago.
De los 35.000 indígenas que en la actualidad integran el pueblo Guna Yala, alrededor de 30.000 viven en medio centenar de islas dependientes de la pesca, la agricultura y el turismo, y el resto en regiones montañosas continentales, en el litoral del Caribe. Los demás islotes de una comarca ubicada en el noreste de Panamá con una extensión de 3.220 kilómetros cuadrados, que se prolonga por el Caribe y es frontera con Colombia, son sitios turísticos no habitados.
"Nuestros pueblos, que toda la vida han vivido en el mar, no quisieran dejar las islas, pero perciben un peligro inminente. Es tediosa decir de la noche a la mañana a las viejas generaciones que deberían abandonar su hogar", advierte el dirigente indígena panameño Atencio López, presidente del Instituto de Investigación y crecimiento de Guna Yala y abogado del Congreso General, máxima organización administrativa y política de la autonomía de dicha etnia.
"Están colapsando las islas y las comunidades deberán cruzar a tierra firme antes de que ocurra todo lo que se avecina con el cambio climático, la subida del mar. Somos conscientes de que los primeros efectos aquí en Panamá van a ser en nuestras costas", narra en una conversación con este diario.
"Todo eso implica para nosotros el cambio climático: el hundimiento de las islas, el traslado, dejar propiedades… ya lo estamos viendo. Sabemos que eso no va a ser de un día para otro. A muchos les va a doler. Son comunas que, con mucho sacrificio, levantaron sus casas en las islas y allí han vivido 2 o 3 generaciones que, de un momento a otro, tendrán que ir a vivir de nuevo al campo. Eso requiere apoyo, incluso psicológico. Quizás los más jóvenes sufran menos", afirma.
Lo normal en la región es que, a lo largo de los siglos, desaparecen islas y aparecen islotes con crecientes bancos de arena. De noviembre a abril de cada año, hay vientos alisios, crece la marea y las comunidades quedan inundadas unos jornadas.
"Últimamente eso se ha incrementado y las crecidas suceden en épocas fuera de lo normal. De mayo a noviembre u octubre hay marea baja y los vientos son tranquilos, pero de repente en estos meses se altera el clima, hay tornados y se inundan las comunidades. Por el cambio climático, en los últimos años hemos venido viendo una crecida del mar inusual, más agresiva hacia nuestras comunidades", relata López.
Fuente original: http://www.radiolaprimerisima.com/


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