España: Alboraya. Del blanc al blues


Cuando se habla de economía verde, muchas veces se piensa en la generación de nuevos negocios ambientales. Pero si no vamos a la raíz del problema, si nuestra estrategia consiste en poner parches, achicar el agua de nuestro barco sin enderezar el timón, entonces continuaremos a la deriva.


Por:  Chus Melchor

Alboraya (Valencia). Población 2013: 23.269 habitantes. Situación: a 5km de Valencia
¿Por qué es importante que Alboraya dinamice la economía creativa?
El Proyecto:
DEL BLANC AL BLUES. Dinamización de la Economía Creativa en el territorio
Criterios en la Matriz del Bien Común
D1: Comportamiento ético, dignidad ciudadana.E1: Efecto social. Estilos de vida sostenible
Persona Responsable
Francesc Pastor, concejal de promoción económica y desarrollo local


Serge Latouche [1] es uno de los ideólogos más conocidos de la corriente llamada del decrecimiento. Él suele decir en sus conferencias que ’Cualquiera que piense que es posible crecer ilimitadamente en un planeta con recursos finitos es, o bien un loco, o bien un economista”.
Con el actual nivel de vida, los españoles necesitaríamos cada año dos planetas y medio, los franceses tres y los norteamericanos seis planetas. Si aún pretendemos continuar un crecimiento del 2% anual, en 2050 la humanidad va a tener que explotar 30 planetas como la tierra para mantener el nivel de consumo y con ello el sistema económico actual. Terri Swearingen [2], lo expresaba con esta frase: “Estamos viviendo en este planeta como si tuviésemos otro a dónde ir”.
Actualmente los países llamados desarrollados obtienen gran parte de sus recursos en “el tercer mundo”: coltán [3], gas, combustibles fósiles o alimentos en forma de cultivos extensivos; y depositan allí sus residuos electrónicos, nucleares o plásticos. Sin ese desequilibrio seríamos incapaces de mantener la forma de vida occidental.
Nuestro sistema no admite otro camino que el crecimiento. Los países emergentes lo hacen de manera alarmante [4] Y así cada vez quedan menos materias naturales que agotar, los grandes capitales chinos se están apropiando de tierras africanas como antes lo hicieron los europeos en forma de colonialismo.
La cuestión es qué tipo de crecimiento, para qué y para quién
El 75% de los recursos pesqueros del mundo actualmente está siendo explotado al límite de su capacidad o sobreexplotado, el 80% de los bosques primarios del mundo ha desaparecido, tan sólo en la Amazonía estamos perdiendo dos mil árboles cada minuto, el terreno equivalente a cinco campos de fútbol.
Treinta planetas, esa es la meta mientras no cambiemos el rumbo. Pero lo más chocante es que ni estamos buscando planetas ni estamos cambiando el rumbo. Nos encaminamos hacia la catástrofe a toda vela, y son muy pocas las voces que cuestionan ese itinerario de crecimiento. Es demencial sí, pero es así. Los políticos, economistas y empresarios nos hablan de que debemos volver al crecimiento, que la crisis terminará cuando volvamos a crecer como antes.
Por otra parte es lógico, porque sin crecimiento el sistema capitalista no funciona. Esa es la gran paradoja: si no crecemos entraremos en una recesión y una pobreza insoportable, y si crecemos la tierra colapsará. Esta situación sólo se puede superar con un cambio radical. Nuestro barco necesita parches y reparaciones, pero sobretodo necesita un cambio de rumbo. La deriva actual nos lleva a un enorme remolino en el que vamos a sufrir grandes tragedias. Es urgente virar. Esperemos que aún estemos a tiempo.
Como estamos viendo hay muchas claves para dar un vuelco al paradigma: la producción local, el reparto de trabajo, en definitiva el cambio de objetivo de la economía hacia el bien común, de la economía a gran escala pero también de cada una de las pequeñas células económicas: las empresas, las organizaciones, los individuos, los municipios…
Otra clave está en dar protagonismo a aquella parte de la economía que no daña la naturaleza. Un tipo de consumo que no perjudica al planeta es el consumo de música, literatura, filosofía, teatro, o de educación, cuidados y atención a la dependencia. Y es además un consumo mucho más rico que el material, porque consigue incrementar nuestra felicidad de una manera realmente eficiente. Aquí, en este tipo de servicios sí nos podemos permitir el lujo de crecer indefinidamente. ¡Qué gran noticia! Podemos incrementar el consumo de algo que es realmente importante y placentero sin miedo a llevar al colapso a nuestro planeta [5].


¿En qué consiste el proyecto de Alboraya?
Al mezclar la cerveza artesana con la música salió un festival de blues que se está alargando más allá de lo previsto. Es uno de los logros de lo que empezó llamándose economía creativa.
Alboraya es un municipio muy cercano a Valencia, tiene una huerta protegida. El mercat d’Alboraya es la primera organización a la que se dirige la concejalía. Los comerciantes tienen graves problemas económicos, y saben que hay que cambiar algo, pero no saben qué. Con este proyecto se intenta reinventar los negocios, darles un valor añadido uniendo por ejemplo música, poesía, gastronomía y creatividad.
Un ciclo de menús temáticos en los que se presentan productos locales y se da una pequeña charla sobre el origen, las propiedades o posibilidades de las hortalizas, quesos o arroces de la zona. Un festival de poesía celebrado en distintos establecimientos, o un ciclo de blues son algunos ejemplos de esta fusión de los mercaderes con los artistas.
En el caso de la economía creativa se pretende sacar a la luz la parte más etérea de los negocios y fábricas de Alboraya. Consiguieron algunos recursos: una pequeña subvención de la diputación de Valencia, pero los propios empresarios se hacen cargo de la publicidad y la contratación.
El próximo objetivo es convertir Alboraya en un Cluster cultural. Se da la circunstancia de que en Valencia se acaba de constituir una asociación de amigos del Blues y ya se están programando actividades más allá de las propuestas desde el ayuntamiento.

¿Cómo se ubica en la Matriz del Bien Común?
    ▪    D1: Comportamiento ético. Dignidad ciudadana.
    ▪    E1: Efecto social, estilos de vida sostenibles. La dignidad, la felicidad, la realización personal y la creatividad de los ciudadanos se ve incrementada con proyectos que fomenten el arte, la cultura, la creación y el disfrute de cualquier actividad artística.
Por otra parte, buscar actividades económicas que incrementen las relaciones comerciales sin deteriorar el medio ambiente significa promover negocios intelectuales, servicios sociales, culturales y de ocio ético, escénico, artístico, educativo.

Chus Melchor   Economía del Bien Común Madrid
Notas
[1] Serge Latouche es profesor de economía emérito de la Universidad de París.
[2] Terri Swearingen: ecologista galardonado por la organización de las protestas contra residuos tóxicos de las industrias incineradoras en un pueblo de los Apalaches en 1997.
[3] Coltan: mineral muy escaso que se ha hecho imprescindible para nuestros móviles, tablet’s y ordenadores, y que provoca guerras con millones de muertos principalmente en el Congo.
[4] Crecimiento anual en torno al 7% en la región oriental de Asia, al 5% los países en desarrollo o el 3% en América Latina.
[5] Viçent Navarro, Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra: “Se puede crecer económicamente produciendo prisiones y tanques y se puede crecer construyendo escuelas e investigando cómo curar el cáncer. Se puede crecer construyendo grandes edificios o manteniendo los ya existentes para hacerlos más ahorradores de energía y habitables…. La cuestión no es, pues, crecimiento o decrecimiento sino qué tipo
Fuente: - El salmon contracorriente - Imagen: Pret Photo

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