¿Cuánto le cuesta a nuestro entorno, un anillo de oro?

“La cianuración fue la tecnología empleada en la minería de oro desde 1890 y es un proceso que aumenta los rendimientos de oro, pero produce inmensas cantidades de residuos altamente tóxicos que liberan ácidos y metales en el medio ambiente. Alrededor del 90% de todo el oro extraído en todo el mundo utiliza este método.”

¿Qué es la cianuración?
La cianuración implica mezclar los minerales finamente triturados, con una solución de cianuro débil (normalmente cianuro de calcio), que posteriormente se coloca en grandes tanques y de esa forma se logra recuperar el oro.
Los residuos de la cianuración son una solución, que se deja en estanques al aire libre, mientras la concentración de ácido se reduce a los límites legales. El riesgo que se corre es de que haya fallas en las presas o roturas en el revestimiento de los estanques, lo que puede conducir a derrames catastróficos o fugas a través de la superficie de la tierra porosa en la capa freática. En casi todas las minas de metal y en algunas de carbón, el drenaje ácido se produce debido a la oxidación del mineral de hierro, que se encuentra junto a depósitos de minerales preciosos. Descubierto por el proceso minero, el hierro reacciona con el aire y libera ácido sulfúrico, que acaba en el agua.
Este proceso puede durar siglos. Los derrames de residuos de cianuración son de vida más corta, pero extremadamente más tóxicos que el drenaje ácido de una mina, que se produce por oxidación del hierro. La proporción de desechos a metal recuperada en la minería de oro es muy desproporcionada: Fimiston Super Pit, cerca de la ciudad australiana de Kalgoorlie y hasta hace poco la mina de corte más grande del mundo, ha extraído aproximadamente 1.640 toneladas de oro desde que comenzaron las operaciones en 1989.
Pero eso es sólo una pequeña porción de los 15 millones de toneladas de roca perforada, removida y tratada cada año. Se calcula que, un solo anillo de bodas de oro genera 20 toneladas de residuos.
Los ríos amarillos
La cianuración plantea riesgos ecológicos catastróficos, porque el cianuro se filtra muy fácilmente por las capas freáticas y contamina las aguas subterráneas. Cada mina que se abre, se sabe “a priori” que dejará un grave legado tóxico. En 2015, cuando la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos intentó drenar el agua contaminada de la mina Gold King, en Colorado, que fue cerrada en 1920, más de 11 millones de litros fueron derramados accidentalmente en el río Animas.
Éste otrora prístino río, se convirtió de pronto en una corriente de agua y lodos, de color amarillo mostaza, con una concentración de ácido 100 veces superior a la normal y un foco de contaminación para la biodiversidad local. El derrame no representaba ninguna amenaza para pescar en el río Animas, porque la acidificación mató a todos los peces. Pero en el San Juan, un río más grande y más limpio, que fluye desde un cañón y que fue afectado por el derrame, la contaminación amenazó a varias especies de peces y aves endémicas y en peligro de extinción.
Este es solo un ejemplo, pero sobre muchos otros ríos de todo el mundo, pende la misma amenaza medioambiental. La limpieza en la mayoría de estas corrientes de agua tomará décadas, costará millones y aquellos ríos y lagos afectados por el drenaje ácido, requerirán tratamientos del agua a perpetuidad.
Una crisis mundial
El drenaje ácido es una de las causas de contaminación de aguas y suelos, menos conocida del mundo y aunque la ONU lo ha calificado como el segundo mayor problema que enfrenta el mundo, después del Calentamiento Global, los intereses millonarios del negocio del oro, parecen estar detrás del silencio de los medios. Los ríos y lagos de Arizona en EEUU, Patagonia en América del Sur, Guangdong en China, Ontario en Canadá, Papúa Nueva Guinea y el Río Tinto en España, por nombrar sólo algunos, han sido contaminados por el drenaje ácido de las minas. En Sudáfrica, el problema se considera crónico.
Brasil anunció recientemente, que una enorme zona de la selva amazónica se ha destinado a la minería (e incluirá la extracción de oro). En Nueva Zelanda, los activistas locales temen que la garganta del Karangahake esté amenazada, después de que se encontró una gran veta de oro de alta calidad, en la región.
Alrededor del Parque Nacional de Yellowstone, las compañías mineras están presionando al gobierno, para que levanten las restricciones de la era de Obama, otorgándoles el acceso a las 3.000 toneladas de reservas de oro, que se sabe están bajo tierra.
En el Perú, el gobierno ha declarado la guerra a la minería ilegal en el río Santiago en el norte de la Amazonía; estas extracciones han causado un enorme daño a la biodiversidad de la región y puso en peligro los medios de subsistencia de 70.000 indígenas Awajúns y Wampís. Las multinacionales mantienen la promesa del desarrollo sostenible, pero la realidad es otra y sin una cuidadosa previsión nos encontraremos lidiando con la contaminación crónica de nuestros ríos, arroyos, lagos y suelos, durante siglos.

REDACCION/ECOTICIAS.COM
Fuente: Medio Ambiente

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