¿Se puede sobrevivir al fin del petróleo? “Una revolución ecológica: lo que CASI ocurrió en Cuba”

¿Cómo puede afectar una caída del PIB del 36% en apenas dos años? ¿Cuánto daña a una economía una pérdida del 85% en el comercio exterior? ¿Y pasar de un consumo de 14 millones de toneladas de petróleo a 7 millones en apenas cuatro años?
 
Ana Belén Martín

La grave coyuntura que sufrió Cuba a principios de los 90 tras la caída de la Unión Soviética, cuando en cuatro años su deuda externa pasó de 2.800 millones a 6.170, volviéndose impagable, al igual que en otros países de América Latina, dio lugar a la conocida como Opción Cero , expresión con la que se denominó al escenario más extremo con los que trabajaba el Gobierno cubano durante los meses previos a la caída del bloque comunista y que derivó en una transición forzosa.
Los paquetes de medidas de ahorro y contención se sucedieron parejos al agravamiento de la situación económica. El patrón en todos los casos fue similar: se buscó ahorrar combustible reduciendo el transporte y forzando el descenso del consumo eléctrico; la escasez de materiales fue compensada con la disminución de la producción, lo que en muchos casos llegó a la paralización parcial o el cierre total de actividades económicas; los déficits en comida se gestionaron mediante un racionamiento alimentario más severo. La respuesta del Estado cubano a la debacle de la movilidad fue la importación de más de un millón de bicicletas, de las cuales 730.000 fueron destinadas a La Habana.
Con sus luces y sombras, la experiencia cubana constituye indudablemente un banco de pruebas para una transición ecosocial en la búsqueda de una convergencia entre sostenibilidad y postcapitalismo. “Otro mundo no solo es posible, como afirmaba el eslogan altermundialista. Otro mundo, en esencia, es inevitable”, apunta Emilio Santiago Muiño, autor del libro “Opción Cero”, coeditado por FUHEM Ecosocial y Los Libros de la Catarata.
El periodo especial cubano representa una suerte de observatorio con el que poder estudiar los efectos del declive energético del siglo XXI, por ejemplo, en el campo de la agricultura y la alimentación.
A partir de 1990, el consumo de fertilizantes del sistema agroalimentario cubano se derrumba: si entre 1985 y 1990 el promedio anual fue de 623.750 toneladas, entre 1991 y 2000 descendió hasta 208.420 toneladas.
La producción del país, muy afectada a principios de los noventa, logró remontar el vuelo hasta el punto de superar las cifras de la etapa soviética.
En 1993 las granjas estatales resultaban absolutamente inmanejables dada la nueva situación de crisis energética nacional. Los combustibles para la agricultura, excepto los destinados a la caña de azúcar, se desplomaron de los 870 millones de toneladas a los 425 en apenas 4 años, lo que obligó a replantear el sistema agroalimentario buscando una reducción considerable de la escala de producción.
¿Qué efectos tuvo en la alimentación de la población cubana? Durante los años noventa retornaron a Cuba expresiones de desnutrición que llevaban décadas erradicadas. El porcentaje de población subnutrida, según la FAO, alcanzó el millón y medio de personas, aproximadamente un 14%, de ahí que Cuba se convirtiese en un caso ilustrativo de la fuerte dependencia entre comida y petróleo.
El libro “Opción Cero. El reverdecimiento de la revolución cubana” se presenta este próximo sábado 17 de marzo en la librería Traficantes de Sueños (c/ Duque de Alba, 13. Madrid), en una conversación entre Emilio Santiago Muiño, autor del libro; María Eugenia Rodríguez Palop, jurista y profesora titular de Filosofía del Derecho de la Universidad Carlos III de Madrid; y César Rendueles, filósofo, sociólogo y ensayista español, profesor en el Departamento de Teoría Sociológica de la Universidad Complutense de Madrid.
Más información: Departamento de Comunicación de FUHEM Con motivo de la publicación del libro Opción Cero, FUHEM Ecosocial, en colaboración con Traficantes de Sueños, organiza el debate titulado “Una revolución ecológica: lo que CASI ocurrió en Cuba”, el próximo 17 de marzo en la librería madrileña. 

comunicacion@fuhem.es


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